Texto Argumentativo de Opinión de "El Atajo" de Lydia Carreras

 

CONFIANZA A CIEGAS: CUANDO EL SALVADOR SE VUELVE EL VERDUGO

Texto argumentativo de “El Atajo” de Lydia Carreras

Ignacio Jarazo

Hay algo profundamente inquietante en descubrir que quien creíamos nuestro salvador, en realidad, nos estaba llevando hacia una trampa. En El Atajo de Lydia Carreras, esta realidad se hace evidente a través de la historia de Candela, una adolescente que, buscando escapar de una vida dura, cae en manos de quienes prometen ayudarla, pero terminan arrastrándola al infierno de la trata de personas. Muchas veces, en momentos de crisis, somos vulnerables a quienes consideramos cercanos y confiables, y es allí donde el engaño toma fuerza, disfrazado de solución perfecta.

Esta situación no es solo ficción. En la vida real, la ciega confianza puede ser el primer paso hacia una tragedia. La psicóloga Eva Giberti[1], especialista en niñez y adolescencia, afirma que "los vínculos afectivos pueden ser usados como anzuelo por los explotadores”. ¿Cuántos adolescentes, como Candela, confían en una figura que parece protectora solo para terminar siendo víctimas? En la sociedad actual, el problema se agudiza: las redes sociales, la precariedad económica y la falta de contención emocional crean el escenario perfecto para que aparezca alguien con “todas las respuestas”. Y cuando esa figura tiene un rostro amable, las alarmas internas se apagan.

Confiar ciegamente en alguien en momentos de crisis es como estar en medio de un incendio y correr hacia una puerta sin saber si detrás hay una salida o más fuego. Candela no es un caso aislado, sino un espejo de muchas realidades. Podemos comparar esta situación con la historia de muchas jóvenes atrapadas por falsas promesas laborales que terminan en redes de trata. El patrón se repite: crisis, ayuda aparente, traición. ¿No debería hacernos esto desconfiar un poco más, cuestionar lo que parece demasiado perfecto?

La confianza ciega tiene un alto costo. Primero, rompe el tejido emocional de la víctima. Segundo, facilita los delitos silenciosos como la trata o el abuso. Tercero, profundiza el aislamiento social, porque ¿cómo volver a confiar después de eso? Generalmente, las víctimas no solo pierden su libertad, sino también su capacidad de confiar en los demás. Como señala la socióloga Rita Segato[2], “el poder se instala allí donde hay dependencia afectiva”. Y esta dependencia, en tiempos de crisis, se convierte en un terreno fértil para el abuso.

En conlusión, confiar ciegamente en alguien cercano puede ser el peor error, especialmente cuando estamos vulnerables. Lo que El Atajo de Lydia Carreras muestra con crudeza es que no siempre el que tiende la mano quiere ayudarte. A través de ejemplos reales, comparaciones y reflexiones, vimos cómo esta problemática afecta profundamente a nuestra sociedad, desde lo emocional hasta lo estructural. La solución no es la desconfianza total, sino aprender a mirar con atención, a preguntar más, a no tomar cada promesa como salvación.



[1] Eva Giberti, psicóloga argentina, fundadora del programa Las Víctimas contra las Violencias.

[2] Rita Segato, antropóloga y feminista argentina conocida por sus estudios sobre violencia de género

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